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Volvimos en el Apolo XIII
Luego de un viaje histórico, solo comparable con la misión Apolo XIII, por fin pisamos santiago. Pasaron muchas cosas, primero las feas:
1) Perdimos la conexión con el vuelo de santiago, por 2 minutos. Una cola descomunal en migraciones (fin de agosto, tampoco esperaba milagros) nos hizo retrasar mucho.
2) La maleta electrónica: cada vez es más difícil llevar cosas en un avión. Como decía Cipe Lincovsky, “primero fueron las tijeritas, y nadie dijo nada. Luego, los geles, ya tampoco nadie hizo nada… ahora la electrónica es sospechosa!“. Total, que la maleta electrónica (la que portaba, entre otras cosas, wii+mandos gamecube+mac book+ipod+altavoces+video camara+camara de fotos+… infinidad de adaptadores y cargadores) fue sospechosa en cada control. Tuve que armarla y desarmarla cada vez, y explicar la función de cada aparato.
3) Con la idas y vueltas, al final embarcamos en el vuelo siguiente (pagando un extra que no viene al caso). Total, que lógica del destino, facturé en Buenos Aires tres maletas y a santiago llegó…. solo una. Las famosas cajas de Arenales, con sus fotos, vídeos y CD… estarán varando en cintas transportadoras de Iberia.
El colmo del Apolo XIII fue, ya en santiago, que siempre respiro aliviado al ver sus árboles y casitas desde al aire, en el mejor aeropuerto del mundo (SCQ), donde no hay que esperar mucho porque nunca vienen los aviones completos… aparece un guardia civil:
GC: De donde viene?
Yo: Buenos Aires
GC: A donde va?
Yo: A casa
GC: nono, a que ciudad va?
Yo: A esta. Bueno, no. Cerca, Milladoiro
GC: Viene por turismo?
Yo: No. Vivo aquí.
GC: Algo para declarar?
Yo: (mirando “la” maleta) Pues no. Solo ropa.
GC: (señalando la bolsa del free shop) Y alfajores….
Yo: si, alfajores.
GC: Sabía que no se puede traer alimentos a Europa?
Yo: Son de Free Shop, no pasan control.
GC: Pero es un free shop argentino. Sabe leer español? Lea ahí (señala un aviso de la UE sobre alimentos)
Yo: (entregado las bolsas de free shop, ligeramente molesto) Quiere los alfajores? Son suyos. Pero enterese, son de Free Shop, no tienen control sanitario. A mi me da igual, si los quiere, tomelos.
GC: no quiero sus alfajores. Solo se lo digo para la próxima vez.Imaginar el diálogo con ese modo “simpático” que adquiero cuando me habla un extraño con el que no quiero hablar
Así de surrealista. Aquí en santiago dejan un Guardia Civil para preguntar, y simular que tenemos “control aduanero”. El tipo solo pregunta, uno le dice “no tengo nada” (podría estar pasando cualquier cosa en la maleta) y nada más. Luego del cruce de palabras un poco brusco, quedé dando vueltas por las cintas de maletas, buscando mis dos perdidas. Y daba por hecho que el guardia civil me estaría esperando en la puerta, solo por venganza, para abrirme la maleta o algo así. Pero no, no estaba. Cumplió con su deber: estar ahí, preguntar y poco más. Que bueno que es vivir en Galicia!
En fin, lo importante es que llegamos. Es la serie de cosas que pienso que me pasaran (perder conexión, perder maletas, molestias por lo que suelo transportar en el bolso de mano) y nunca me pasan. Pero tuvieron que pasar todas juntas, el mismo día.
Así que cerrado el pataleo de las cosas feas del viaje, las buenas. El BUE-MAD, una maravilla, dormimos de un tirón los tres, desde después de la cena (sería porto alegre?) hasta canarias. Fue como pasar una noche. Según los peques, el viaje más corto que hicieron nunca. Y en medio de todo el caos de pasajes perdidos, maletas perdidos, los peques se portaron como dos soldaditos, caminando a paso ligero, teniendo paciencia… impecables! Es que a golpe de horas de avión/micro y demases, ya son profesionales del transporte. Es más, mientras cenábamos ya estaban tirando destinos de futuros viajes. Una pequeña muestra del espíritu reinante de la tarde, cuando descubrieron los conductos de aire acondicionado de la T4
Pues eso, aquí estamos de nuevo. Gracias a todos los porteños por la hospitalidad y la paciencia. Me quedan muchas fotos y vídeos del viaje, que de a poco iré publicando. Nos vemos!
#57
Córdoba, pero de Argentina
Rompimos la tradición de ir en cada paseo por el sur a miramar. Primero, un poco reticente a la idea de no visitar la mejor ciudad del mundo, pero también con ganas de hacer kilómetros por carreteras un poco más salvajes que la remanida ruta 2.Así que ahí nos fuimos a Córdoba, provincia ubicada en el centro del país, con gran tradición universitaria, exponente de la rebelión juvenil con su “cordobazo” del 68 (versión argentina del mayo francés), cuna de muchos personajes de la cultura y la política importantes de por aquí e inventores del cuarteto, curioso ritmo festivo que Rodrigo con su “marado! marado!” se encargó de esparcir por el mundo.
Así que encaramos los 791 km que nos separaban de Córdoba en un suzuki fun, especie de moto con cuatro ruedas del que se se puede decir mucho, pero es innegable que nos llevó y nos trajo, con un consumo de gasolina irrisorio (tampoco merecía consumir nada, todo sea dicho).
Y llegamos. Hicimos base en Córdoba Capital, un paseo por la zona vieja de la ciudad (alguna que otra comprita ya habíamos hecho para esas alturas, pero por suerte no hay fotos mías descalzo probando zapatos)
Y los días siguientes nos animamos a dar vueltas por las sierras que rodean la ciudad, visitando un par de pueblos y sitios realmente bonitos.
Hubo tiempo para todo, en un ritmo provinciano que me hacía acordar mucho a mi Galicia querida. Tiempo para comprar souvenirs (deporte favorito de Andrea)
Y tiempo para probar las delicias locales como el chivito asado, las empanadas y demás prácticas que si que son mi deporte favorito. En la postal, la ansiedad de que me sirvan el chivito local, atenuada por la frescura de la cerveza nacional.
En ese plan, y ya en el viaje de vuelta, como si de una aguja en un pajar se tratará, conocí la mejor parrilla que probé en mi vida, en un remoto paraje llamado “San Marcos Sud”, pegado a la ruta 9. Nótese mi cara de felicidad al dar con el sitio
Me encantan las entradas grandilocuentes a los pueblos argentinos que presagiaban un crecimiento y progreso que no siempre llegaba.
Como buen porteño que soy, nunca recorrí mucho el país, más allá de la clásica costa atlántica y algún detalle por la patagonia. Y en este viaje a Córdoba entendí que quedan muchísimos parajes del país que merece la pena visitar. Y también entendí porque la gente de las provincias nos odia bastante. Es que lo merecemos!
Ya está el album de flickr con todo el paseo.
Los sorrentinos y la casa de Maradona
Siguiendo con nuestra ruta gastronómica por el sur, mientras los grandes degustábamos un clásico asado, los peques conocieron los sorrentinos. Se trata de una pasta rellena, por lo general de mozzarela y jamón (algunos les ponen nueces). Como un raviol, pero mucho más grandes. De hecho, un plato de sorrentinos suele estar compuesto de 4 o 5 piezas. Y quedan geniales con salsa blanca (bechamel)Y la casualidad nos llevó a estar justo enfrente de… la casa de donde se llevaron preso a Maradona! la famosa casa de caballito, del jarrón y todo lo demás. Así que como si se tratará de un monumento equiparable a la torre eiffel o la muralla china, ahí fuimos a sacarnos fotos a la puerta.
#56
Temaikén
Repetimos. Igual que en el viaje de 2005, volvimos al Temaikén, un zoológico en Escobar (50 Km de Buenos Aires) que se parece mucho a un parque temático de animales. Muy bien ambientado, en Temaikén se muestran animales típicos de argentina, no hay jirafas ni leones, sino yacarés, tiburones del río de la plata y monos de la mesopotamia. El único de fuera será el hipopótamo, pero creo que lo pusieorn para darle un poco de vidilla al asunto….
Todas las fotos son gentileza de los peques, que ya demostraron su pericia en otras producciones. Y esta vez, se animan con el vídeo, que en algún momento ya subiré. Es que la genética es muy fuerte….
Más del reportaje fotográfico en su correspondiente set de flickr
Noche en Toronto
Según los peques, toronto es “el mejor restaurante del mundo”. Se trata de un tenedor libre, curiosa forma de restauración argentina, normalmente regenteados por inmigrantes orientales y que ofrecen una variedad de comidas a un precio único, en plan buffet. Son autoservicio y suelen tener un aire internacional, con ligeras ambientaciones en cada sector. La parrilla será más autóctona, el sector de sushi tendrá pictogramas japoneses, etc.
Como ejemplo de la movida, vemos al felu en el sector de pastas, donde suelen armar combinaciones de tipo un raviol negro, otro blanco, otro amarillo…. y al final calamares encima.
Con los postres también se ponen creativos, como esta gelatina de fresa con dulce de leche arriba
O esta creación, que desconozco cual será la base, pero mucho me temo que se trata solo de un soporte para pringarlo de dulce de leche a saco
Toronto: el restaurante donde todo vale y los peques hacen lo que quieren con sus platos. Tanto que a veces hay que ponerlos a andar con correctivos un poco drásticos
Los primos también suelen perder el norte, y reciben un poco de su propia medicina
Pero claro, la única que se porta bien ya sabemos quien es….
#55
Cumplimos nuestras promesas
Para los incrédulos, que pensaron que alguna de las partes claudicaría ante la tentación de ver Los Simpsons por separado, aquí las pruebas de la cita!
Veníamos en diálogos desde su estreno. Ellos en Argentina, yo en Valencia… en plan “esperad! que la vemos cuando llegue!“. Y lo logramos!
Nos gustó mucho, lo único es que estamos acostumbrados al doblaje español. Y que me perdonen los defensores del Homer (o) latino, pero a mi gusto lo hacen demasiado lento (más de lo que debería).
Para hacerla realmente completa (y porque llegamos tarde a la primera función) nos pasamos por un Burguer King (donde el menú Diverking se llama “Cajita Mágica”) a comer y a ponernos todo el merchandising encima. Para los entendidos: a que cine fumos? Flores? Santa Fé? algún shopping impersonal? para nada… CABALLITO! Si señor! Avda. La Plata y Rivadavia!
Paellas porteñas
En un concepto integrador entre culturas y sus más arraigadas tradiciones culinarias, y pasada la fiebre del asado (todo sea dicho) en la casa de los Ameijeiras nos volcamos a la paella en su variante valenciana (cordero y pollo).No fue difícil conseguir la paella, ya que gracias a la mixtura étnica de BA se consigue de todo a la vuelta de la esquina. Más dificil fue dar con los porotos (alubias) que se parecieran lo más posible al garrafó valenciano, pero así y todo salió bien. La hicimos un sábado, y luego… el otro sábado, así que supongo que les gusto.
La gente se agolpaba para fotografiarse con la paella, como si fuera un totem religioso o un trofeo, lo que también deja a las claras de que el verdadero motor de esta familia siguen siendo los básicos. Sentimientos básicos como…. comer hasta reventar!
Ya está el set de flickr correspondiente a las dos paellas (hasta el momento).